9 octubre, 2024

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Radiografía de un sistema sanitario que enfrentó el escenario menos pensado

El ambicioso plan de informatización del sistema de Salud en Córdoba, la apuesta por propiciar Internet libre y gratuita en todo Santa Fe, el reconocimiento de una “deuda” con la Historia Clínica Electrónica (HCE) que admiten los funcionarios de Chubut y Santa Fe, además de la masiva corrida para generar modalidades de teleasistencia en todo el país, fueron algunos de los efectos secundarios de una pandemia que puso a la transformación digital en las agendas más urgentes.

Los y las ministras de Salud de siete provincias argentinas como Sonia Velázquez, de Entre Ríos; Sonia Martorano, de Santa Fe; Judit Di Giglio, de Tierra del Fuego; Diego Cardozo, de Córdoba; Fabián Puratich, de Chubut; Gustavo Bouhid, de Jujuy; y Luis Fabián Zgaib, de Río Negro, hicieron un recuento de los desafíos, las urgencias, las decisiones y los planes en materia TICs y de gestión para garantizar la cobertura sanitaria en el marco de una pandemia sin parangón que todo lo puso a prueba.

Al cierre de esta edición, y según los datos oficiales, el país atraviesa el descenso generalizado de casos, a excepción de lo que sucede en Misiones, Formosa, Catamarca, Corrientes, Neuquén y La Pampa; pero en líneas generales se contabilizaron más de 1,4 millones de afectados, de los cuales se recuperaron más de 1,3 millones, otros 120.000 se encuentran activos y 40.000 pacientes perdieron la vida.

La mano invisible de las TIC´s. El desarrollo en tiempo récord de soluciones de teleasistencia, los serios problemas de conectividad que padecen provincias enteras -sobre todo en las zonas rurales-, y la necesidad de contar con HCE para facilitar el cuidado de las poblaciones, son algunos de los ejemplos de cómo la pandemia puso sobre la mesa aspectos de una brecha digital estructural.

Diego Cardozo, Ministro de Salud de Córdoba

Hay casos que resultan faros, como el de Córdoba, en donde la informatización de su sistema sanitario llegó antes que la pandemia y en donde de sus 42 hospitales, 26 poseen un sistema de gestión que, en términos de su propio ministro de Salud, les “permitió gestionar la pandemia de manera sustancial”.

Se trata de hospitales en los que “no existe más el papel”, que tienen estándares básicos para la transferencia de archivos (CDH) y para la interoperabilidad con Nación. “Nuestro objetivo es generar una HCE única, disponible para el sector público y privado”, explicó Diego Cardozo.

Además, y en plena pandemia, el Estado invirtió $ 5.000 millones en aparatología, infraestructura, equipamiento de diagnóstico por imágenes y recursos humanos que destinó al sector público y privado.

Según Cardozo, el objetivo es terminar de informatizar el sistema de salud provincial a fin de 2021 para, luego, continuar con la misma apuesta, pero en el primer nivel de salud, porque “resulta fundamental para garantizar el acceso, generar indicadores para proyectar políticas de salud al largo plazo, analizar conductas y comportamientos de patología; es decir, nos ayuda a diseñar políticas a corto y largo plazo”.

Sonia Martorano, Ministra de Salud de Santa Fe

En Santa Fe sufren la falta de conectividad, “un problema generalizado, que se evidenció en los ámbitos de salud y de educación”, sostuvo Martorano y adelantó que trabajan en un proyecto para desplegar 400 Km de fibra óptica que garantice la conectividad a la provincia, a fin de que sus localidades cuenten con Internet libre y gratuita, porque “la pandemia también mostró la inequidad del acceso”, subrayó la funcionaria.

Pero como la urgencia requirió de respuestas inmediatas, la ministra de Salud provincial acudió a la creación de un call center en 48 horas, que fue atendido por los estudiantes del último año de la carrera de medicina de la Universidad del Litoral y que detectó al 70% de los casos positivos.

“La https://www.saludenlinea.com.ar/wp-content/uploads/2020/08/business-2-1.jpg llegó para quedarse, por ser una herramienta complementaria e imprescindible y que, en nuestro caso, ahora también la ofrece la obra social provincial”, dijo Martorano sobre un call center que incluye videollamadas. Además, adelantó que trabajan en la implementación de una HCE porque “es vergonzosa la cantidad de papeles que tenemos, pero hay que ver el vaso medio lleno y que estamos avanzando en salud digital”, sostuvo la funcionaria.

Fabián Puratich, Ministro de Salud de Chubut

Al 0800 provincial y las habilidades de la telesalud, Chubut sumó el uso de la receta digital para abastecer de medicamentos a los pacientes crónicos. “Teníamos la deuda de la HCE, pero firmamos un convenio con Nación para avanzar en su implementación” reconoció Puratich y valoró especialmente la conectividad que les propició Arsat: “Gracias a ellos pudimos dar servicios de telesalud en 17 puestos rurales y sanitarios de la ruta 40, quienes disponen de 5 Mbps para operar; y este es un gran aprendizaje que nos deja la pandemia”, destacó el funcionario.

La https://www.saludenlinea.com.ar/wp-content/uploads/2020/08/business-2-1.jpg, la HCD y ley de recupero de gastos hospitalarios son herramientas que también están disponibles en Jujuy y a las que se suman el 0800 provincial que es atendido por unos 580 médicos.

Covid, desde el minuto cero. El 3 de marzo se conoció el primer contagio por Covid-19 en el país, 17 días después el Gobierno Nacional dispuso el comienzo del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (Aspo) y que permaneció hasta el 6 de noviembre último, fecha en que se pasó al Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (Diaspo).

Sin embargo, las provincias tuvieron la facultad de decidir qué nivel de circulación posibilitarían en sus territorios en función de indicadores como cantidad de casos y de recursos sanitarios; experiencias que los funcionarios públicos citados en esta nota expresaron en el marco de dos jornadas de debate realizadas de forma virtual por la agrupación Consenso Salud, de la mano del Grupo Jóvenes Emprendedores de la Salud (Grupo JES).

Resulta difícil -anímicamente, inclusive- ponderar todo lo que se perdió por la pandemia del Covid-19; en buena medida, porque cobró vidas humanas, pero también porque profundizó desigualdades; y los gobiernos y las sociedades se enfrentaron a un verdadero desafío.

“Esta pandemia nos interpeló desde lo ético y moral; hubo que tomar muchas decisiones y eso nos llevó a generar distintas alianzas para resolver cosas que no podríamos haber hecho solos”, sostuvo Martorano, de Santa Fe, y agregó que “esta crisis nos dio la oportunidad de generar la utopía de un sistema de salud único”.

Hasta principios de diciembre, Santa Fe registraba el 10,6% del total de casos (157.350 afectados totales) y el 6,2% de los fallecimientos a nivel país; pero llegó a contabilizar casi 3.000 casos nuevos por día a fines de octubre y Martorano contó que se habían preparado para atender 25.000 pacientes cuando, en realidad, superaron los 120.000. La buena noticia fue que el sistema no colapsó gracias a la articulación público-privada y al aporte “trascendental” de Nación que les permitió pasar de las originales 140 camas de internación a superar las 3.000.

Chubut, por su parte, mantuvo viva la actividad portuaria y petrolera y juntas fueron la puerta de entrada de los primeros contagios. Sin embargo, a fines de octubre, registraron casi 700 casos diarios y 20.000 enfermos como consecuencia del retorno de unos 25.000 chubutenses que, por diferentes motivos residían en otras provincias y, ante la coyuntura, pedían volver a sus hogares.

“La presión social fue muy grande y accedimos a esos regresos; vivimos mucho estrés”, reconoció Puratich, admitió “lentitud” para cargar la información en el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA), que el 50% de los casos identificados surgieron “gracias” al Plan Detectar y destacó que “la pandemia sirvió para darle la importancia que realmente tiene al sistema público de salud”.

Al cierre de esta nota, Chubut contabilizaba el 1,7% del total de casos (25.373 afectados totales) y el 1% de los fallecimientos a nivel país.

En Córdoba, el primer caso de Covid positivo fue detectado el 6 de marzo y dio inicio a un plan sanitario que, con carácter multidisciplinar, preparó al sector para el peor escenario y que alcanzó a sus hospitales de primer nivel y corredores sanitarios de menor complejidad.

A diciembre, esta provincia registraba el 8% del total de casos (118.709 afectados totales) y el 5,4% de los fallecimientos a nivel país. El pico, no obstante, llegó en octubre con 2.600 contagios diarios y 1.800 pacientes internados en simultáneo. Sólo en la ciudad Capital, donde reside el 45% de la población provincial, hay 11 hospitales y cuatro de ellos fueron abocados a la pandemia para que el resto pudiera continuar la contención sanitaria de otras dolencias y patologías.

“Visto con el diario del lunes, confirmamos que fue una decisión acertada”, admitió Cardozo, adelantó que trabajan en la planificación de la vacunación masiva, y rescató la solidaridad y hermandad que “se generó entre provincias” al ejemplificar con casos como el de Chaco y Jujuy.

Gustavo Bouhid, Ministro de Salud de Jujuy

Hasta diciembre, Jujuy registraba el 1,2% del total de casos (18.431 afectados totales) y el 2,1% de los fallecimientos a nivel país; pero a entre agosto y septiembre tuvo momentos en los que llegó a superar los 350 contagios diarios que se tradujeron en un serio “cuello de botella” en el que, a pesar de tener 70 camas disponibles “nadie las podía atender”, recordó Bouhid y admitió que “se controló bastante la situación hasta cierto momento, pero que luego se desmadró y nada alcanzó; tuvimos que cambiar de estrategia (que involucró el testeo masivo y la acción casa por casa), y entendimos la peligrosidad del virus”.

Por esta experiencia, el funcionario jujeño sentenció que “no hay una distribución federal de recursos humanos y que el sistema es más escueto cuanto más se aleja de los centros urbanos”, al tiempo que reconoció haber “recibido más plata para el sistema de Salud (por parte del Estado Nacional) que en toda la historia”; asimismo cuestionó a las obras sociales porque “no aparecieron y el sistema público lo hizo todo solo”.

Luis Fabián Zgaib, Ministro de Salud de Río Negro

En sintonía, Zgaib, de Rio Negro, también reprochó el accionar de las obras sociales porque “muchas brillaron por su ausencia” y compartió acompañamiento que recibió por parte de Nación, que -sumado al esfuerzo provincial- cuadruplicaron las camas de internación y sumaron 600 profesionales.

“Es la primera vez que un equipo en el Ministerio de Salud de la Nación tiene una idea tan clara de lo que debe ser el trabajo en conjunto con las provincias. Tenemos diferencias de todo tipo, pero trabajamos en bloque y estuvimos acompañados; y eso es muy importante reconocerlo”, destacó el funcionario de Río Negro.

A diciembre, esta provincia registraba el 2,3% del total de casos (33.642 afectados totales) y el 2,3% de los fallecimientos a nivel país; pero sus picos de contagios superiores a los 550 caos diarios se dieron entre octubre y noviembre.

Sonia Velázquez, Ministra de Salud de Entre Ríos

La disponibilidad de recursos humanos también fue un escollo para Sonia Velázquez, de Entre Ríos, quien sostuvo que la pandemia “puso en evidencia la falta de especialistas”, que se tradujo en reclamos salariales que resolvieron con incentivos y becas.

Velázquez también reconoció que volvieron a “poner en valor” la vigilancia epidemiológica y que comenzaron por la inmunización invernal a domicilio, con una organización geolocalizada “gracias” a muchos años de trabajo en la nominalización de la población de riesgo.

La articulación del sistema público y el privado fue un “plan bastante ambicioso que pudimos desarrollar con éxito”, dijo la funcionaria de una provincia que, a fin de 2020, registraba el 1,7% del total de casos (24.989 afectados totales) y el 1,3% de los fallecimientos a nivel país; y cuyo pico de contagios lo tuvo a fines de octubre con casi 500 casos diarios.

Judith Di Giglio, Ministra de Salud de Tierra del Fuego

Judith Di Giglio, de Tierra del Fuego, por su parte, caracterizó como “importantísimo” al rol del Ministerio Nacional al organizar los vuelos sanitarios (cuyo valor trepa a US$ 20.000) y gestionar íntegramente el abastecimiento a las tres droguerías provinciales durante los 40 días en que la provincia quedó completamente aislada y que justificó el haber sido la primera en descentralizar los insumos y en hacer los diagnósticos de forma local (dada la infraestructura que demandaba enviar las muestras al Malbrán).

En la provincia más austral del país, se registraron el 1,2% del total de casos (17.160 afectados totales) y el 0,6% de los fallecimientos a nivel país; mientras que su pico de contagios lo tuvo a fines de octubre con unos 330 casos diarios.

De los números y los corazones. Los números… los de la cantidad de casos, de los volúmenes de inversión, de los CAPS y las HCE, permiten crear un escenario y ponderarlo, desde luego; pero también se multiplican de sentidos si, además, cuentan una historia.

Cuando se decretó la pandemia, Tierra del Fuego, por ejemplo, estaba cargada de turistas que quedaban varados. Entre ellos, tres ciudadanos polacos que se encontraban entre las fronteras terrestres de Chile y Argentina. “Obviamente, los hicimos entrar y luego facilitamos el regreso a sus hogares”, dijo la funcionaria de Salud de aquella provincia.

Quizás, ese “no lugar” fue el mismo en el que buena parte de la población global quedó varada ante la irrupción de la pandemia. Quizás, la respuesta de Tierra del Fuego sea la que represente al mejor de los Estados.

La Salud Pública cierra un año tumultuoso en el que demostró estar a la altura de los imprevistos y las urgencias, aún a pesar del vaciamiento del que había sido producto tan  poco tiempo atrás cuando la anterior administración degradó el Ministerio; y hoy deja un sabor sanitarista, humanitario y pragmático en la que las TICs abrieron puertas, acortaron caminos, auscultaron cuerpos y acariciaron corazones.

Por Noelia Tellez Tejada

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