La responsable de comandar la estrategia de los Sistemas de Información del Ministerio de Salud de la Nación es Cintia Speranza y, en diálogo exclusivo con Telemedicina – Salud en línea, repasó una estrategia que hace foco en las necesidades de un país federal y de sus usuarios, con interoperabilidad y apuntalada en la decisión política de invertir para dar “un salto cuántico”.
Cintia Speranza es la directora Nacional de Sistemas de Información del Ministerio de Salud de la Nación y al momento de definirse, lo hace como “una especialista en políticas públicas de Salud Digital”, cuya naturaleza no es enfocarse en las herramientas sino que en los problemas “para encontrarle soluciones”, dijo y abrió la puerta a una charla en la que abordó el cambio político y cultural que atraviesa el Ministerio y que está signado por el convencimiento de la necesidad y la importancia de invertir para crecer a la altura de las necesidades que impuso una pandemia y que, en sus palabras, significa “dar un salto cuántico”.
Las inversiones involucran, por ejemplo, la adquisición de 45 productos de Oracle que incluyen licencias de bases de datos y características opcionales, cuya licitación está abierta, y la contratación de servicios profesionales Red Hat para la Red Nacional de Salud por US$ 914.880.
La voz de autoridad del Ministerio es pertinente en todo momento, pero, en especial, luego de la nota que Telemedicina – Salud en línea publicó en su edición anterior de la mano de la mirada crítica y constructiva de un especialista de porte como Mariano Soriatti. Y no se trata necesariamente de un derecho a réplica, dado que Speranza valoró positivamente aquella contribución y la contextualizó: “Está muy bien su visión y aportes, pero las gestiones cambian y, a veces, un cambio interno impacta con más fuerza en la priorización de líneas estratégicas que el que puede generar uno de gestión presidencial”.
Un nuevo paradigma. Speranza aporta su conocimiento al Ministerio desde 2013, “cuando los sistemas de información en Salud todavía no estaban en agenda como un tema en el que se debía tomar la rectoría”, pero es desde hace dos meses que tiene bajo su órbita la dirección Nacional de Sistemas de Información y cuya asunción la enfrentó a una situación que valoró “crítica”.
“Si bien mantenemos varias plataformas que tienen un alcance nacional, el protagonismo que tiene el Covid generó un crecimiento exponencial de la demanda de, sobre todo, el Sistema Nacional de Vigilancia, cuya labor satisface a todos los niveles de atención del país para todas sus necesidades y que, además, permite la trazabilidad del dato”, explicó esta funcionaria que cree que es justamente ese federalismo, “que no se puede desconocer”, una fortaleza.
E, inclusive, es en ese mapa variopinto de paisajes y geografías, en el que “hay provincias que están avanzadas, como Neuquén, y lo bueno es que podemos sentar a la mesa a todos los directores de informática y ministros para conversar, intercambiar y trabajar colaborativamente”.
“Hoy existe una convicción política de invertir en sistemas de información por considerarlos estratégicos”, celebró Speranza y reveló un “cambio de perspectiva” por la que, además, buscan “compartir el problema con otros actores para que aporten a la solución; y esa también es una decisión política”, dijo y repasó trabajos conjuntos con la Fundación Sadosky, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, y Oracle, entre otros.
Respuesta ágil. El camino recorrido y el balance realizado por esta funcionaria admite los avances y retrocesos de un proceso que no es lineal, entre cuyos resultados consideró positivos aquellos “hitos” que impulsaron el entendimiento de que los sistemas de información y las tecnologías “tienen que ser una estrategia bien integrada con los sistemas sanitarios”, y que hoy se resumen en la promoción de las herramientas ágiles.
Y en el marco de la existencia de una “convicción política de que hay que invertir”, Speranza subrayó iniciativas como la de migrar todas las plataformas a una tecnología de microservicios -excepto el Bus de Interoperabilidad que ya estaba modificado-, apoyadas en la compañía desarrolladora de soluciones de software de código abierto Red Hat.
“Si bien ya desde 2019 venimos migrando los servicios a esta tecnología, ahora lo haremos con la totalidad de las aplicaciones, además de empezar a desarrollar las nuevas con esta metodología. Es un cambio estratégico que ya está disponible, junto con el financiamiento necesario”, repasó.
“Todos estamos convencidos que no importa la herramienta sino que las aplicaciones reciban la información ya existente, y ese también es un cambio cultural producto de muchos consensos y por el que se está aprendiendo a avanzar sobre objetivos sencillos y realizables”, dijo Speranza y consideró que la pandemia llevó a que el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA) empiece a interactuar con la gestión diaria y en tiempo real, pero que también incrementó la conciencia acerca de que los problemas no se solucionan “mágicamente” sin destinar fondos para lograrlo.
“Los cambios cuánticos se hacen con inversión: no se puede seguir con el Fitito y yo espero dejar un Ferrari al cabo de mi gestión”, dijo y representó gráficamente la envergadura de su iniciativa.
A esa apuesta se suma un “fuerte” desembolso en equipamiento e infraestructura “para estar a la altura de una pandemia porque, por más que se venía planificando esa estructura, la pandemia dio vuelta todo y se entendió que hay que dar un salto cuántico allí también”, señaló y subrayó que el resultado de esta nueva perspectiva radica en que ya está llegando el equipamiento.
Interoperar, interoperar e interoperar. “Con la pandemia, además, se alcanzó la interoperabilidad absoluta con todas las provincias que tienen una Historia Clínica Electrónica (HCE) intercambiando información; y si bien es algo que trabajábamos con tiempo, lo terminamos haciendo a la fuerza”, dijo y admitió que “si se cometieron errores, se fueron ajustando”.
El Bus de interoperabilidad y el sistema de información superan los 120.000 usuarios recurrentes, “con sistemas nutriendo a otros sistemas”, remarcó Speranza, y destacó estar “haciendo realidad esta solución”, la cual “requiere conectividad porque, en la medida que va llegando a los centros de salud, ellos se van equipando e implementando los softwares interoperables que facilitan la atención a pacientes y que aseguran la inclusión”. Esta estrategia de desarrollo ágil y cuya inversión -prevista en infraestructura, equipamiento para la gestión de grandes bases de datos, capacitación y licencias- contempla la concreción de la estrategia de salud digital en las provincias y la interacción con otros organismos del Estado, como la Superintendencia de Servicios de Salud y PAMI.
“La falta de financiamiento para implementadores en terreno (en el interior, por ejemplo) es otro problema porque es necesario armar equipos”, dijo la funcionaria y explicó que el mecanismo previsto incluye el desarrollo de un diagnóstico específico y cuya transferencia de recursos se concreta tras el cumplimiento de la meta planteada, “un modelo interesante para fortalecer”, concluyó.