23 noviembre, 2024

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Informática aplicada a la salud: ¿Estamos realmente mejor preparados para enfrentar una emergencia sanitaria?

Por Daniel Luna, jefe del Departamento de Informática en Salud del Hospital Italiano de Buenos Aires

“Ante el aumento de casos de Coronavirus a nivel mundial, surge el interrogante de qué puede la Informática en Salud para marcar una diferencia. En los últimos años, hemos sido testigos de un desarrollo de dispositivos, técnicas y canales de comunicación sin precedentes. Pero, ¿estamos realmente mejor preparados para enfrentar una emergencia sanitaria?

La informática en salud combina conocimientos de ciencias médicas, computación, y gestión de procesos. El informático médico crea sistemas de información con conocimiento del ecosistema de la salud: traduce problemas médicos y de gestión al lenguaje de la informática, para crear procesos y soluciones eficientes a problemáticas de salud.



El proceso de publicación de artículos científicos y su difusión mostró una velocidad nunca vista: desde el reporte de los primeros casos hasta la publicación del genoma completo del virus transcurrieron solo 10 días.

Derribando barreras. Posiblemente una de las principales contribuciones de la informática al control de brotes epidémicos sean los avances en comunicación. Las epidemias imponen desafíos a nuestros sistemas de comunicación: se necesita información actualizada sobre el avance de la enfermedad, los progresos científicos sobre los mecanismos de contagio y daño del virus, y sobre disponibilidad y efectividad de eventuales tratamientos. El simple uso de un correo electrónico o un sitio Web seguro para compartir información en tiempo real es esencial para los científicos, favorece la comunicación y sincronía de las actividades de investigación que se realicen en distintos puntos geográficos. Los datos resultantes del análisis de muestras biológicas realizadas en un laboratorio en Atlanta (Estados Unidos), las características presentes en las tomografía computarizadas de los pacientes infectados observadas en Shanghai (China), la secuenciación genómica y todo aquello que ayude a identificar y caracterizar al virus, así como también los posibles tratamientos, son ejemplos de todo lo que resulta de vital importancia comunicar y puede lograrse gracias a las herramientas actuales. El proceso de publicación de artículos científicos y su difusión mostró una velocidad nunca vista: desde el reporte de los primeros casos hasta la publicación del genoma completo del virus transcurrieron solo 10 días.

Detección de brotes en tiempo real. El rastreo de brotes infecciosos o aumentos en la frecuencia de enfermedades, llamado “vigilancia epidemiológica”, mejoró contundentemente con los avances en gestión de procesos y sistemas informáticos. Hoy, el monitoreo de términos como “fiebre” ingresados en motores de búsqueda o redes sociales, puede alimentar algoritmos y métodos automatizados que detectan cambios de patrones habituales y con esto predicen brotes.

Las estrategias para detectar casos y personas en riesgo de contagio se ramifican con los nuevos desarrollos tecnológicos. Durante la pandemia de Gripe A, los programas de noticias nos  mostraban escáneres de imagen térmica instalados en los aeropuertos para detectar a los viajeros en busca elevadas temperaturas corporales. La evidencia sobre la sensibilidad y especificidad de esta tecnología para detectar pasajeros enfermos es limitada. Hoy, frente al brote de Coronavirus, las compañías de cámaras de seguridad e inteligencia artificial aunaron esfuerzos, logrando sistemas que pueden escanear las calles en busca de personas con fiebres de bajo grado, reconocer sus rostros incluso si usa máscaras e informar a las autoridades. Si un paciente con coronavirus aborda un tren, un sistema propio del ferrocarril puede proporcionar una lista de personas que estuvieron sentadas cerca.

Mediante la tecnología de RFID, el sistema de seguimiento electrónico de visitantes a un hospital permite rastrear todos los encuentros entre las personas. De esta manera, si una persona resulta infectada, puede identificarse de manera rápida todos sus encuentros. Esto demostró ser 10 veces más rápido que el método tradicional de preguntar a un enfermo con quienes tomó contacto.

También se han desarrollado aplicaciones de teléfonos móviles, que pueden decir a los usuarios si han estado en un vuelo o en un tren con un portador conocido de coronavirus, y mapas que pueden mostrarles la ubicación de los edificios donde viven los pacientes infectados a partir de los sistemas de georeferenciamiento.

Un sistema de salud más accesible. Las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) cuentan además con el potencial de ayudar a mantener la accesibilidad al sistema de atención médica durante epidemias, permitiendo optimizar recursos. A través de la https://www.saludenlinea.com.ar/wp-content/uploads/2020/08/business-2-1.jpg, los pacientes pueden consultar y recibir atención médica desde su domicilio. De esta forma, no se expone a los no contagiados y se evita la diseminación del agente causal por parte de los infectados. Los pacientes que se encontraban realizando un tratamiento, previo al brote, podrán continuarlo sin riesgos de exposición.

En el ámbito de la salud pública, la informática es un campo emergente que incluye tecnologías que pueden usarse para mejorar la salud de poblaciones enteras, no solo de individuos. La aplicación de Internet, dispositivos inalámbricos, teléfonos móviles, electrodomésticos inteligentes y hasta hogares inteligentes (domótica), tienen el potencial de mejorar la salud poblacional. El llamado Internet de las cosas (IoT – Internet of things), consiste en conectar cada dispositivo capaz de generar información con Internet. A partir de esto, todo tipo de dispositivos de monitoreo en el hogar, como termómetros digitales para fiebre, podrían modificarse para funcionar como sistemas de detección temprana, es decir, podrían capturar y transmitir datos, de forma inalámbrica o por Internet, a instalaciones centrales de análisis de datos para detectar patrones que indican brotes de enfermedades y también para monitoreo.


A través de la https://www.saludenlinea.com.ar/wp-content/uploads/2020/08/business-2-1.jpg, los pacientes pueden consultar y recibir atención médica desde su domicilio. De esta forma, no se expone a los no contagiados y se evita la diseminación del agente causal por parte de los infectados.

Hospitales inteligentes. Dentro de los centros de salud, también contamos con múltiples recursos. La captura de datos del paciente en el punto de atención, el almacenamiento estandarizado de los mismos y, finalmente, la agregación de la información permiten obtener resultados en tiempo real. Por ejemplo, el censo del número de casos, defunciones, porcentaje de ocupación de camas, respuestas a tratamiento, etc. Los profesionales dedicados a la actividad asistencial, utilizan sistemas expertos integrados a la historia clínica electrónica. Los mismos ponen a su disposición la información contenida en guías de práctica clínica de manera instantánea, según la información contextual de cada paciente y en el momento pertinente. Así, si un paciente ingresa con síntomas que dan sospecha de un posible caso de coronavirus o el antecedente de un viaje a una zona afectada, el sistema puede alertar al profesional a cargo y sugerir medidas de aislamiento, test diagnósticos y guiarlo en el algoritmo para el adecuado manejo del caso.

Desafíos para la Informática en Salud. Las TICs brindan una enorme cantidad de herramientas con un claro potencial de mejora en la preparación para una emergencia de salud pública, pero también plantean muchas preguntas relacionadas con la privacidad de los datos y la precisión de la información. En un mundo repleto de datos, la informática en salud se enfrenta al desafío de priorizar información relevante, optimizar procesos y proteger la privacidad de la población.

Entre los pacientes más vulnerables en un brote epidémico están aquellos con condiciones médicas preexistentes, que pueden ver interrumpido su tratamiento por medidas de aislamiento o cambios en prioridades hospitalarias a corto plazo. Así, una paciente con cáncer puede no recibir sus esquemas de quimioterapia a tiempo, si el hospital que la atiende altera su flujo de trabajo habitual para enfrentar la epidemia. Mejorar procesos de gestión para garantizar la continuidad de cuidado de enfermedades graves es otra misión de la disciplina.

El acceso a avances tecnológicos en salud es dispar. Muchas de las herramientas que se presentan en este texto son experimentales, o están disponibles únicamente en centros de vanguardia. Una gran parte de la población puede no acceder a estos desarrollos. Por otra parte, la aplicación de todos los nuevos recursos antes mencionados requiere previamente una valoración crítica. En circunstancias como estas, el rol del informático médico resulta fundamental”.

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