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Otra vez sopa

La fiebre privatizadora de Macri-Milei llegaría también a Arsat y se rumorea que podría ser vendida por USD 930 millones al magnate mexicano dueño de Claro, Carlos Slim, aunque esto fue negado recientemente por el mismo Slim. En lo que coinciden las cabezas de la alianza armada para ganar las últimas elecciones presidenciales es en privatizar todo lo que esté en manos del Estado sin importar si son superhabitarias (como Arsat) o deficitarias, y sin importar que todas cumplan un rol social. En el caso del sector de la salud, por ejemplo, Arsat asegura la conectividad de la red de telesalud o el llegar con Internet a los CAPS más remotos del país, entre otras políticas.

En lo único que no coinciden los hombres de negocio que gobernarán la Argentina a partir del 10 de diciembre es quién se queda con Arsat. Milei se inclina por Slim, pero Macri lo hace por Telecom/Clarín, y una vez más Telefónica queda relegada de la repartija con lo que probablemente inice otro juicio contra el Estado Argentino.

Quedarse con Arsat le permitirá a Clarín/Telecom evitar cualquier posibilidad remota de pagar tarifas reales, por ejemplo, por el uso de la Red Federal de Fibra Óptica (algo que tampoco hace ahora porque inventó una red de cooperativas y pymes que le pertenecen y que cuentan con el beneficio de tarifas subsidiadas por ser pequeños proveedores). De conseguir Clarín quedarse con Arsat nunca más pagaría derechos de uso y, en cambio, todos le pagarían a Clarín.

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