Los ataques cerebrovasculares (ACV) son la principal causa de discapacidad. A nivel mundial, se prevé que uno de cada cuatro adultos (mayores de 25 años) tendrá un ACV durante su vida y cuando eso se produce, cada segundo cuenta pues se estima que una persona pierde 2.000.000 de neuronas por minuto de padecimiento.
En Argentina, por ejemplo, se produce un ACV cada nueve minutos y, por tanto, se registran 126.000 casos anuales que derivan en 18.000 muertes, y es la primera causa de discapacidad y la segunda causa de muerte a nivel local, pero el 80% son prevenibles.
Cuando una persona que llega a un centro de salud con un posible ACV es sometido a una tomografía computada, una resonancia magnética o una sala de operaciones si se trata de un ataque isquémico; pero su recuperación está directamente emparentada con la rapidez con que recibe tratamiento: cada 30 minutos se reduce en un 14% la probabilidad de un buen resultado y cada hora de retraso envejece el cerebro 3,6 años en comparación con el envejecimiento normal del cerebro.
Por ello, y bajo el lema “Nosotros confiamos” o, en inglés, “We Trust”, un estudio global busca evaluar si el flujo de trabajo en la sala de cateterismo puede mejorar los resultados de estos pacientes con una ventana de oportunidad temprana; es decir, a menos de seis horas después del inicio del ataque cerebrovascular.
Se trata de un ensayo que proporcionará la evaluación más completa posible y que, para ello, recurrirá al uso de una tecnología avanzada de exploración cerebral en la sala de cateterismo, para “obtener resultados más eficaces y eficientes” de los pacientes.
Y en ese rol se inscribe la innovación de Philips, al haber desarrollado un enfoque de exploración especial en la sala de cateterismo, que combina el diagnóstico del ACV y su tratamiento posterior; y que ya anunció la inscripción del primer paciente en el Hospital Universitario Vall d’Hebron, de Barcelona, España.
“Estamos muy entusiasmados de iniciar este estudio multicéntrico, en asociación con los principales centros de ACV y médicos para innovar el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes con un ataque cerebrovascular”, dijo el Atul Gupta, director Médico de Terapia Guiada por Imágenes (IGT) de Philips y caracterizó al estudio We-Trust como “un hito clave”.
Así, se inicia oficialmente este ensayo multicéntrico que también se desarrollará en Argentina, en la Clínica La Sagrada Familia de Buenos Aires, dirigida por el médico neurocirujano Pedro Lylyk, quien admitió estar “sumamente entusiasmados en formar parte de esta formidable iniciativa multicéntrica mundial que intenta cambiar la trágica historia de los ataques cerebrales”.
Así, el estudio comparará el resultado de este abordaje con el flujo de trabajo convencional, que consiste en diagnosticar a los pacientes para su tratamiento en la sala de tomografía computada o resonancia magnética y luego tratarlos en la sala de cateterismo separada; aunque la premisa es que este enfoque permite reducir el tiempo de tratamiento para los pacientes con ataques cerebrovasculares.
“Está especialmente diseñada para ganar tiempo y todos sabemos que esto significa rescatar cerebro, disminuyendo no solo la mortalidad en esta grave enfermedad sino especialmente atenuar su impacto disminuyendo su morbilidad que altera la vida cotidiana, no solo del paciente y su familia, sino de toda la sociedad”, sostuvo Lylyk.
Este ensayo se desarrollará en 15 sitios que registran un alto número de ACV y tiene como objetivo inscribir a más de 560 pacientes de Estados Unidos, Brasil, Países Bajos, Francia, Alemania, España y Turquía, además de Argentina; previendo que concluya en 2023.