TECSO, la cooperativa de software de origen rosarino que recientemente cumplió 20 años de historia, diseñó un prototipo de base de carga para drones que promete revolucionar las soluciones asociadas a la salud como, por ejemplo, el traslado de órganos o la logística de muestras de laboratorio.
Con fondos de la Agencia Santafesina de Ciencia y Tecnología y asesoramiento de la Universidad Nacional de Rosario y el Polo Tecnológico de Rosario, el área de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) de TECSO -que cuenta con un equipo especializado en drones y robótica- diseñó y fabricó un prototipo de base de carga autónoma para drones.
El objetivo de este desarrollo es independizar al dron de la intervención humana. Y, si bien se espera que su impacto esté asociado principalmente al sector agroindustrial para controlar las grandes extensiones de tierra, otros segmentos como el de la salud podrían verse transformados con la automatización de la operación de los drones.
En diálogo con Telemedicina-Salud en línea, Cristian Taibbi, CEO de TECSO, explicó que “el mundo atraviesa un contexto particular caracterizado por la salida de la pandemia, nuevos movimientos geopolíticos y recesiones económicas que impactan en todos los sectores y que hacen que los negocios se miren un poco de reojo, con menos euforia, y donde el principal desafío es hacer más eficiente la producción”.
Nehuen Almirón, del Área I+D+i – Drones & Robótica de TECSO, explicó que “nos encontramos trabajando para que en una primera instancia tenga aplicación directa sobre el sector agroindustria, más específicamente, el primer caso de uso está enfocado a la seguridad en recintos cerrados”. “Sin embargo -añadió- un desarrollo de estas características abre un abanico de posibilidades muy grandes y sin duda, el segmento de la salud se encuentra dentro de las áreas de aplicación”.
Recientemente, la compañía H+Trace y Casa Justina, por ejemplo, exploraron la posibilidad de utilizar drones para acelerar el traslado de órganos, conocer con exactitud la trazabilidad, realizar el monitoreo exhaustivo de golpes, el rango de temperatura y otros parámetros. Y este desarrollo de una base de carga autónoma podría darle un renovado impulso porque permitiría hacer más eficiente el traslado y llegar a lugares de difícil acceso sin intervención humana.
Los drones funcionan hasta que detectan un nivel bajo de carga en sus baterías. Es entonces cuando deben aterrizar y requieren de una intervención humana y manual para continuar. Con el desarrollo de TECSO, cuando el dron llega a cierto nivel de batería, puede bajar y posarse en la base y recargarse por contacto. Por eso, se estima que esta automatización sería un gran avance para equipos drones y sus funciones asociadas.
“Creemos que disponer de un VANT (vehículo aéreo no tripulado) listo para despegar en cualquier momento es una herramienta sumamente útil, sobre todo en los casos en donde el tiempo es vital. Una solución del tipo de base de carga, no solo permitirá el traslado de utilería/muestras/órganos, sino también brindará la posibilidad de llegar a inspeccionar accidentes o áreas de desastres en menor tiempo, dando la posibilidad de equipar eficientemente al personal, y a los equipos de trabajo especializados para dichas situaciones, y/o brindar información precisa sumamente útil para la elaboración de planes de acción”, señaló Ignacio Delarmelina, del Área I+D+i – Drones & Robótica de TECSO.
En el segmento de la salud, la evolución de las aplicaciones de la solución desarrollada por TECSO se dirige, principalmente, a la implementación de entregas programables de insumos médicos en áreas en las que los medios de transportes convencionales no pueden llegar.
Además de la propia inversión de TECSO, el proyecto del prototipo de carga de drones que comenzó en 2019 recibe también la colaboración de servicios de la Fundación CIDETER, una entidad que financia el desarrollo tecnológico de Pymes asociadas cuyos desarrollos impacten en el sector agroindustrial.
Con más de 150 asociados, TECSO es una de las cooperativas de software más grandes de Latinoamérica, con bases operativas en Buenos Aires, Rosario, Concepción del Uruguay y también en Medellín (Colombia), mientras que apuntan a expandirse también a Estados Unidos.