La alianza estratégica entre Estonia y la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó a dar sus frutos. El organismo utilizará tecnología blockchain para crear certificados de vacunación digitales de Covid-19 y, para ayudar a distribuir las dosis a los países más afectados y a los segmentos de población prioritarios.
La iniciativa supone una prueba piloto de tres meses que estará liderada por la empresa especializada en ciberseguridad Guardtime. El objetivo es probar la escalabilidad de su futura aplicación a nivel global y llegar también a las geografías con menos recursos económicos y digitales.
Desde Guardtime aseguran que se tratará de la primera vez que blockchain tenga la posibilidad de beneficiar a millones de personas, ya que hasta ahora, la mayoría de soluciones basadas en esta tecnología formaban parte de programas locales y de laboratorio.
Al no haber hasta ahora ninguna vacuna probada en todo su espectro de aplicación, el proyecto apunta a la realización de pruebas y al otorgamiento de “pasaportes de inmunidad” a las personas que ya han sufrido el virus y generado anticuerpos para que puedan viajar y moverse sin restricciones, al menos por el tiempo que se estima hasta ahora que dura dicha inmunidad.
El caso de Estonia es consultado por todo el mundo ya que fue el país que mejor pudo administrar la pandemia al ser una nación totalmente digital, y en el sentido de que no enfrentó muchos de los desafíos que los países menos avanzados digitalmente tuvieron que abordar.
Según Siim Sikkut, CIO del gobierno de Estonia y cofundador de su programa e-Residency, “pasamos al trabajo y la educación a distancia casi de la noche a la mañana. Tuvimos que escalar las operaciones, pero fundamentalmente los servicios y el hábito de usarlos digitalmente ya estaban ahí, por lo que el cambio para lidiar con Covid-19 fue mucho más fácil”.
Sikkut explicó que “la respuesta inicial fue organizar un hackathon de tres días, el fin de semana posterior a la introducción de las medidas de emergencia, con el objetivo de encontrar soluciones digitales para algunos de los desafíos que ahora enfrenta el gobierno”. Algunos de los proyectos lanzados tras esta iniciativa incluyeron un chatbot para ayudar a prevenir la sobrecarga de las líneas de emergencia, un cuestionario de autoevaluación en línea para personas que padecían síntomas de Covid-19 y seguimiento de datos móviles para ayudar a frenar la propagación del coronavirus.
Debido a que muchas de las soluciones tecnológicas eran simples, significaba que eran fáciles y rápidas de implementar. El hackathon también atrajo mucha atención mundial y un evento posterior, realizado el mes siguiente y respaldado por el esquema Estonia e-Residency, atrajo a 15.000 participantes de 98 países diferentes.
De cara al futuro, Sikkut tiene grandes ambiciones de hacer de la Inteligencia Artificial (IA) una parte fundamental de la forma en que los ciudadanos acceden a los servicios estatales. “Queremos alejar las interacciones con el gobierno de los sitios web y las aplicaciones para convertirlas en asistentes virtuales”, dice. “Queremos que sea aún más sencillo para los ciudadanos hacer las cosas con el gobierno. Y la interacción más fluida entre las personas y la tecnología es usar comandos de voz, en lugar de tener que usar un mouse o su dedo en un iPad.