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La motosierra en la infraestructura hospitalaria y el sistema de salud argentino

El triunfo de La Libertad Avanza en las últimas elecciones de Argentina que llevaron a Javier Milei a la presidencia y a Mauricio Macri al poder, activó todas las alertas en torno al impacto que esta alianza tendrá en el sector de la salud. Durante su gobierno, Macri había rebajado a secretaría el ministerio de Salud con la consecuente reducción de presupuesto, personal y posibilidades de respuesta ante distintas necesidades -hasta las más inesperadas como fue la pandemia por Covid-19-, mientras que en su campaña Milei insistió con llegar con la “motosierra” a casi todos los ministerios, incluyendo los de Salud y de Obras Públicas. Ambas carteras cumplen un rol fundamental para el desarrollo del sistema de salud argentino, al igual que otras como la de Ciencia y Tecnología o la de Educación.

En recientes declaraciones ya como presidente electo, Milei habló de un ministerio de Capital Humano que absorba Salud, entre otras áreas; e insistió con su idea de frenar la obra pública para equilibrar cuentas: “Las obras pueden ser entregadas al sector privado y que las terminen ellos”, señaló el libertario e hizo recordar el “lapsus” de Jorge Dromi junto a Carlos Menem cuando aseguró: “Nada de lo que deba ser del Estado seguirá en manos del Estado”.

Donde el privado no llega. Al analizar el rol de la obra pública en el sector de la salud, se observa que, en 2023, el Ministerio de Obras Públicas de la Nación (MON) proyectó un 633% más de inversión que en 2019 a infraestructura del cuidado. Esto representó un 12% del total del gasto primario de la cartera (ver gráfico al final de esta nota).

En cuatro años, el MON finalizó 194 obras de la Red Federal de Infraestructura Sanitaria. Lo más destacado en el cuidado de la salud de la población argentina que realizó el MON entre 2020 y 2023 es la construcción de 12 Hospitales Modulares de Emergencia (HME), 47 Centros Sanitarios Modulares (CSM), 31 Centros de Aislamiento Sanitario, 15 Centros Modulares de Frontera (CMF), la entrega de 36 ambulancias UTI para 20 CSM, 15 CMF y un hospital de Córdoba; el inicio de la construcción de 14 nuevos Hospitales, de los cuales 4 están finalizados, 4 están en ejecución, 2 están por iniciar, 2 se encuentran en proceso licitatorio y 2 están en fase de proyecto; el avance de 68 obras de ampliación, refacción y/o refuncionalización en hospitales, de las cuales 26 están finalizadas, 18 en ejecución, 7 a iniciar y 17 en proyecto; el inicio de la construcción de 61 Nuevos Centros de Salud, de los cuales 20 están finalizados, 21 en ejecución, 2 a iniciar y 18 son proyectos en circuito; y las 32 obras de ampliación, refacción y/o refuncionalización de Centros de Salud, de las cuales 24 están finalizadas, 6 en ejecución y 2 a iniciar.

Público y privado. El último HospiRank realizado por empresa de investigación del mercado de la salud Global Health Intelligence (GHI) -que toma datos y abarca a casi el 90% de los hospitales de Latinoamérica- desglosó la infraestructura hospitalaria y los establecimientos mejores equipados de distintos países de la región -públicos y privados-, tanto en mercados grandes como el de Argentina, Brasil, Colombia y México; como en más pequeños, entre los que se encuentran Chile y Perú.

En la Argentina, los hospitales públicos y privados comparten los primeros puestos del HospiRank en las distintas categorías: Mejor equipados para recibir pacientes, mejor infraestructura para un alto volumen de procedimientos, mayor cantidad de equipos quirúrgicos básicos, mejor equipados para atender a recién nacidos, mejor equipados para el diagnóstico primario, mayor base instalada para tratar el cáncer, mejor equipados para la imagenología diagnóstica avanzada, y mejor equipados para pacientes de alto riesgo (ver tablas al final de esta nota).

En el caso de los hospitales públicos que participan de este ranking, la inversión fue realizada, según incumbencia, por los estados Nacional, Provincial y/o Municipal; a través de subsidios de Nación a provincias y municipios, o a entes públicos no estatales como es el caso de la obra social de jubilados y pensionados, PAMI.

Según un relevamiento realizado por la Oficina de Presupuesto del Congreso Nacional en 2021, pero que puede ser tomado como válido sin demasiadas variaciones hoy, el 61% de los ciudadanos argentinos se encuentra bajo el régimen de obras sociales y el 13,6% posee cobertura del régimen privado (10,4% de habitantes con más de una cobertura). El 63% de los establecimientos de salud registrados son privados y el 97% de ellos, comerciales. La Nación ocupa un rol subsidiario en la atención de la salud, lo cual se evidencia, entre otras cosas, en que el 95,7% de los nosocomios públicos son provinciales o municipales.

La concentración de beneficiarios entre las distintas obras sociales es muy dispar. En 2021, la obra social de los empleados de comercio tenía 1.692.600 afiliados, mientras que otras contaban con menos de 500. Similar situación se plantea con las obras sociales del personal de dirección: OSDE (en su rol de obra social) concentra el 50% de socios.

El presupuesto del PAMI ronda el 1% del PIB. Su cobertura es de aproximadamente 5 millones de personas, de las cuales el 80% son mayores de 64 años, y alberga al 94% de los/as mayores de 80 años de todo el país.

En el subsistema privado también se observa una fuerte concentración: OSDE (en su rol de prepaga), Swiss Medical, Galeno, Omint, Medicus y Paramedic poseen el 80% del total.

La unión no siempre hace la fuerza. Una de las propuestas del nuevo gobierno de LLA es que el ministerio de Capital Humano absorba Educación, Salud, Trabajo y Desarrollo Social.

La complejidad del sistema de salud argentino requirió de un fuerte rol del Estado cuando se declaró la pandemia por Covid-19 para alcanzar a toda la población con atención y vacunación. Superado ese momento, se hizo aún más evidente y relevante la necesidad de la integración de los distintos subsistemas que componen el sistema sanitario argentino.

Las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) surgieron entonces y siguen posicionándose hoy como las facilitadoras de esa integración con el objetivo de llegar con el sistema de salud a cada ciudadano, viva donde viva, adhiriendo a la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que señala que la salud es el bienestar físico, social y mental de las personas.

Esta característica del sistema sanitario argentino que intenta sobrevivir a cambios demográficos, sociales, económicos y políticos; estos dos últimos generalmente pendulares, requieren de una integración que no se logró en su totalidad, pero que en los últimos años avanzó a través de la implementación de diferentes políticas de salud digital que incluyeron implementación de sistemas de gestión sanitaria, de historias clínicas electrónicas, de telemedicina y de recetas electrónicas, entre otras acciones.

Muchas de las inversiones en TICs fueron impulsadas y financiadas por el sector público. Por eso, si el objetivo es la cobertura de calidad de todos los ciudadanos, la degradación a secretaría de ministerios clave como el de Salud no parece ser el mejor camino para lograrlo, y tampoco parece serlo el freno de la obra pública.

Fuente: HospiRank 2023
Fuente: HospiRank 2023

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