A través del seis programas estructurales (ver recuadro al final de la nota), el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva lanzó una estrategia tendiente a ampliar la producción nacional de rubros prioritarios para el Sistema Único de Salud (SUS). Con una inversión cercana a los USD 8.500 millones, busca reducir la dependencia de insumos extranjeros, medicamentos, vacunas y otros productos sanitarios para lograr una mayor autonomía que permita disminuir la vulnerabilidad del sector y garantizar el acceso universal a la salud. Además de bajar el déficit comercial del sistema de salud que hoy alcanza los USD 20.000 millones.
El sector de la salud representa el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil, garantiza la generación de 20 millones de empleos directos e indirectos, y responde por un tercio de la investigación científica del país.
Si bien posición estratégica de Brasil como gran mercado interno muestra la capacidad de crecimiento y expansión de este sector en su economía, su dependencia de los suministros hace que el SUS sea vulnerable al mercado externo, lo que dificulta la adquisición de productos esenciales. Esta fragilidad se hizo aún más evidente durante la pandemia de Covid-19.
Frente a este escenario, los programas estructurales presentados y la inversión anunciada se ejecutarán a través de dos decretos firmados por Lula. Uno que establece la Estrategia Nacional para el Desarrollo del Complejo Económico-Industrial de Salud y que tiene como objetivo orientar los esfuerzos de inversión pública y privada en soluciones productivas y tecnológicas; y otro que crea el Comité Deliberante y el Comité Técnico Evaluador en el ámbito del Complejo Industrial de Salud, responsables de las acciones y evaluaciones del programa de desarrollo e innovación local, además de las alianzas para el desarrollo productivo.
“Lo que está sucediendo hoy aquí es la realización de un sueño que habíamos pensado hace mucho tiempo. Brasil necesita tomar la decisión de querer convertirse en un gran país”, afirmó Lula al resaltar la importancia de la soberanía nacional con la calidad de vida del pueblo.
La estrategia, de la que participan once ministerios y nueve organismos e instituciones públicas, es el resultado del trabajo del Grupo Ejecutivo del Complejo Económico-Industrial de Salud (Geceis), recreado en abril de 2023. Durante este período, el grupo se centró en ejes prioritarios que se encuentran entre las principales necesidades de la ciudadanía.
Una de las prioridades es reforzar la producción de insumos que coadyuven en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades socialmente determinadas, como la tuberculosis, el mal de chagas, las hepatitis virales y el HIV. Pero la iniciativa también incluye inversiones para abordar problemas relevantes para la salud pública, como las enfermedades crónicas (cáncer, cardiovasculares, diabetes y enfermedades inmunológicas), el dengue, las emergencias sanitarias y los traumatismos ortopédicos.
Entre las inversiones hasta 2026, USD 1.792 millones están previstos por el nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), se espera que Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) aporte USD 1.200 millones y la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep), otros USD 800 millones. El Gobierno Federal también prevé aportar alrededor de USD 4.580 millones del sector privado.
De esta manera, el gobierno brasileño prevé abastecer al SUS con producción y tecnología local, además de frenar el crecimiento del déficit comercial de Salud, del 80% en 10 años: de USD 11.000 millones en 2013, y de USD 20.000 millones este año. “Es el segundo mayor déficit de la balanza comercial, sólo superado por el de la electrónica. Tenemos todo para crecer y debemos invertir”, dijo Geraldo Alckmin, vicepresidente y ministro de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios de Brasil.
En esta acción de ampliación del Complejo Económico-Industrial de Salud (CEIS) también están previstos recursos para las unidades de producción e investigación de la Empresa Brasileña de Derivados de la Sangre y Biotecnología (Hemobrás) y de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), ambas del gobierno federal. También se prevén programas para el desarrollo nacional de vacunas y sueros, así como la modernización e innovación en la asistencia brindada por entidades filantrópicas. En Brasil, los hospitales filantrópicos son responsables del 60% de toda la atención de alta complejidad en la red de salud pública.
La estrategia se integra en el esfuerzo por implementar la nueva política industrial en construcción por el Consejo Nacional de Desarrollo Industrial (CNDI), que tiene como una de sus misiones el fortalecimiento del complejo económico-industrial de salud para aumentar la autonomía de Brasil en el sector y ampliar el acceso a la atención sanitaria. “Es una apuesta por el desarrollo basado en la salud y la salud de los brasileños. La salud representa el 10% del PIB y depende de 20 mil millones de dólares al año debido a la necesidad de adquirir bienes. Por lo tanto, se trata de soberanía nacional”, afirmó la ministra de Salud brasileña, Nísia Trindade.
Programas Estructurales
1 – El Programa de Alianza para el Desarrollo Productivo implica la coordinación del gobierno con el sector privado para la transferencia de tecnología, pero ahora está aún más orientado a reducir las vulnerabilidades del SUS y ampliar el acceso de la población a la salud. Se estima que las autoridades públicas atraerán alrededor de USD 4.580 millones del sector privado hasta 2026.
2 – El Programa de Desarrollo Local e Innovación prevé la reanudación de inversiones en iniciativas locales con un enfoque tecnológico e innovador, como la inteligencia artificial para la detección temprana de enfermedades. También apunta a los principales desafíos del SUS, teniendo en cuenta la necesidad de reducir las vulnerabilidades productivas y tecnológicas, promover la sostenibilidad y el acceso a la salud.
3 – El Programa de Preparación de Vacunas, Sueros y Hemoderivados tiene como objetivo la autosuficiencia en productos esenciales para la vida de los brasileños y reúne los esfuerzos de las autoridades públicas y del sector privado. Estimula la producción nacional de tecnologías, ampliando el acceso y garantizando el suministro de vacunas, sueros y hemoderivados. La idea es que las iniciativas sean monitoreadas e involucren innovación local, además de transferencia de tecnología.
4 – El Programa de Poblaciones y Enfermedades Desatendidas es una reanudación de la estrategia inicial de producción pública en el país, centrándose en enfermedades como la tuberculosis, el dengue, la esquistosomiasis y la lepra. Este es uno de los puntos más destacados de la nueva estrategia del Complejo Económico-Industrial de Salud (CEIS), que apunta a la equidad. Abarca fomentar la producción de tecnologías para mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la población afectada por enfermedades desatendidas, e incluye la cooperación entre los sectores público y privado.
5 – El Programa de Modernización e Innovación de la Asistencia cubre particularmente a entidades filantrópicas. La propuesta es que la ampliación del CEIS esté vinculada a la modernización e innovación en la asistencia de estas instituciones que prestan servicios al SUS. Se espera que se establezcan mecanismos de incentivos y compromisos de adhesión a este programa. Los hospitales filantrópicos son responsables del 60% de toda la atención de alta complejidad en la red de salud pública.
6 – El Programa de Ampliación y Modernización de Infraestructura del CEIS articula inversiones públicas y privadas para la ampliación productiva y de infraestructura del propio Complejo. El objetivo es habilitar la capacidad productiva, tecnológica y de innovación del CEIS, algo necesario para la ejecución de los otros cinco programas enumerados.