Frente a las propuestas de campaña de los candidatos de las dos fuerzas más votadas en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), Telemedicina-Salud en línea abrió el debate entre referentes del sector público y privado, funcionarios y académicos con dos preguntas como disparadores: 1) ¿Es necesaria la transformación digital del sistema de salud? 2) ¿Es posible esta transformación sin un Estado fuerte y presente?
Telemedicina-Salud en línea agradece el abordaje de este escenario realizado por María Isabel Iñigo Petralanda, Daniel Rizzato Lede, Gustavo Giorgetti, Federico Pedernera, Fernando Ballina, Celeste Savignano, Mario Abitbol y Guillermo Pepe, quienes aportaron miradas valiosas que permiten pensar y proyectar un mejor sistema de salud.
Entre los denominadores comunes recogidos en las respuestas, se encuentra la idea de que la digitalización de la salud es más un proceso cultural que tecnológico; que la desfragmentación del sistema es clave, pero que requiere de un marco rector para lograr que la incorporación de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) no sea aleatoria, sino que cuente con una coordinación que permita aprovechar todo el potencial de esas implementaciones; y que la transformación digital entendida como proceso cultural y de incorporación de TICs es necesaria para mejorar la prevención, diagnóstico y tratamiento como así también en para la gestión y la planificación.
En todos los análisis, el Estado aparece como un regulador necesario del sistema sanitario, algunos le dan un lugar más de facilitador que de actor protagónico, pero ninguno lo desestima como jugador fundamental de lo que se conoce como salud digital. Hay quienes sostienen que no puede entenderse a la salud digital “en clave local” y así no existiría posibilidad de que esta transformación se detenga ni que el orden público sanitario desaparezca. Menos aún luego de la pandemia que puso en evidencia la relevancia de lo digital en lo sanitario.
María Isabel Iñigo Petralanda, abogada, bioeticista, especialista en políticas públicas sanitarias y tecnologías en salud modeladas por datos
“Si la pandemia en el 2020 fue un catalizador global del uso de las TICs en salud, antes que eso, en el 2015 se establecen los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), de los cuales diez de ellos implican un despliegue de la industria y economía estrictamente digital. Es decir, esta tecnología, permea lo sanitario y lo no sanitario desde antes de la pandemia, y se consolida en salud pública, con el desarrollo (abreviadisimo), acceso y distribución de vacunas.
La salud digital, es de orden público, es decir le importa al Estado y este crea sus normas o preceptos basados además de principios ético, normativos, en una realidad tecnológica que la determina, y las prácticas y reglas de negocios impuestas por “otros actores” del sector privado u organismos del tercer sector. Todo ello, y todos ellos, articulan el funcionamiento de lo digital, en forma sostenible para dar “algo diferencial a lo conocido hasta ahora en salud”. Por lo tanto, la salud digital en Argentina no se limita a una forma o partido de gobierno en particular, sino más bien se establece como una realidad irrevocable en la transformación del sistema de salud en su conjunto”.
Daniel Rizzato Lede, Consultor Senior de Salud Digital en CIIPS/IECS
“Gestionar la complejidad creciente del sistema de salud requiere de más y mejores herramientas. La transformación digital involucra no sólo tecnologías, sino procesos y personas que deben reorganizarse para optimizar los servicios de salud brindados, buscando mejorar su calidad, accesibilidad, equidad y satisfacción. Es crucial que la digitalización de la salud “no deje a nadie atrás”, para evitar perpetuar asimetrías en el mundo digital.
Las crisis son oportunidades de cambio, como demostró la pandemia de COVID-19 al acelerar muchas de estas transiciones. El uso de historias clínicas electrónicas, recetas digitales, telemedicina, que era incluso resistido hasta hace unos años, es ahora una realidad cercana.
Los sistemas de información son un reflejo de los sistemas de salud. Sistemas fragmentados y segmentados como el argentino adoptaron progresivamente TICs por años sin un marco rector. Sin embargo, la falta de coordinación limita el potencial individual y colectivo de estas mejoras.
Como promueve la OMS, son necesarias estrategias nacionales de salud digital fuertes para orientar los esfuerzos y optimizar sus resultados. El estado nacional debe sumar la participación de todos los actores en forma federal, incluidos referentes de salud de los ámbitos público, privado y de la seguridad social, ONG, áreas de ciencia y tecnología, universidades, y empresas de software, medicamentos, equipamiento médico y servicios de salud, entre otros.
Países con modelos sanitarios muy diferentes han llevado adelante sus procesos de transformación digital con éxito. El desafío es identificar las buenas prácticas y adaptarlas al contexto para apoyar el logro de los objetivos propuestos”.
Gustavo Giorgetti, fundador de ThinkNet y promotor de X-Road en Argentina
“Lo más importante es que el Estado defina las reglas (los privados nunca lo harán) y no se crea que lo tiene que hacer todo, tiene que dejar jugar a todos dentro de esas reglas. Por eso un Ecosistema Digital Integrado (normas + leyes) crea un entorno donde todos pueden sumarse y colaborar (públicos y privados), pero trabajando alineados e interconectados”.
Federico Pedernera, Co-fundador & CEO de RCTA – Tu Recetario Digital, Docente en la Maestría en Gestión y Economía de la Salud de la Escuela de Estudios de Posgrado de la Facultad de Cs. Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y fundador de Epicrisis.
“Desde mi perspectiva, la digitalización implica una oportunidad de oro para revisar los procesos que le dan soporte a la operatoria que se plantea para alcanzar los propósitos de una organización de salud. Entonces, en estos términos no es que haya una transformación digital, sino que lo que hay es una reformulación en la organización que implica, agilizar, transparentar, lograr efectividad, buscar calidad…Es un cambio cultural.
Considero que es mejor propiciar la interacción público-privada antes de querer hacer todo desde el Estado. Sobre todo, porque en Argentina conviven varios subsistemas de salud, y por suerte contamos con la Seguridad Social que no es privada, pero tampoco del Estado, sino de una población asegurada (podríamos decir que es semipúblico).
Sin contemplar a la seguridad social no se puede pensar en reforma cultural digital en la salud en Argentina, y es allí donde el Estado debe dar un marco jurídico adecuado y alcanzable; en lugar de definir desde el Poder Legislativo normas que luego no se pueden cumplir de forma equitativa en todo el territorio. Y por supuesto, el seguimiento de las normas y la transparencia implica un Poder Judicial que funcione en sintonía y sinérgicamente con lo establecido por el marco normativo del sistema de salud.
Así, un Estado efectivo, y con capacidad operativa, debe tener el presupuesto adecuado para costear los recursos humanos necesarios e idóneos para liderar y alcanzar los cambios necesarios. Recuperar la carrera profesional en el Estado es un desafío que no veo que se esté conversando. Entonces, la transformación digital (en este sistema de salud segmentado y fragmentado) se puede dar:
• Definiendo normas claras, que se cumplan y que la justicia las acompañe.
• Invitando a sumarse mediante Interoperabilidad (y no imponiendo soluciones informáticas). Hay múltiples esquemas de incentivos y métodos para equiparar a los distintos sectores (buscando equidad, acceso y calidad en los servicios de salud).
• Asignando un presupuesto con líneas de ejecución que trasciendan los ciclos eleccionarios.
• Que el concepto de un “Estado Presente” deje de ser un slogan, y que la noción de “Estado Fuerte” sea el producto del respeto que los ciudadanos expresen por las instituciones.
En síntesis, no se trata de achicar al Estado. Quizás haya que reasignar presupuestos e inyectar aún más inversión en áreas que muchas veces no son vistas como políticamente convenientes”.
Fernando Ballina, director General de Infraestructura y Equipamiento en Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas.
“Creo que una primera respuesta nos remite a la necesidad de garantizar la sostenibilidad de los sistemas de salud. La demanda en constante crecimiento de pacientes crónicos, los altos costos de las diversas tecnologías médicas y las mayores expectativas de los ciudadanos al contar cada vez con más información tensionan fuertemente con los sistemas de salud.
En este escenario, la transformación digital resulta imperiosa para una mejora en la prevención, diagnóstico, tratamiento como así también en para la gestión y la planificación.
El Norte de la transformación digital en el sector público (la transformación pública digital) es ser un medio para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, y no un fin en sí mismo.
Dicho esto, considero que resulta imposible que cualquier proceso de transformación digital sea posible sin un Estado fuerte y presente. El Estado debe invertir en innovaciones digitales y fortalecer los diferentes ecosistemas tecnológicos en salud. Por otra parte, debe tener un rol de rectoría y de conducción estratégica para que la transformación digital sea integral y alcance a los distintos subsistemas como así también a los diferentes niveles de atención.
Si bien existe una estrategia de salud digital a nivel nacional, considero que la misma se debe fortalecer con más recursos y de ninguna manera abandonar la intervención y presencia del Estado.
Celeste Savignano, líder de Proyecto de Telesalud del Hospital de Pediatría “Prof. Dr. Juan P. Garrahan”
Indudablemente, la transformación digital en el ámbito de la salud desempeña un papel de vital importancia en la constante mejora de los servicios de atención y el bienestar general de las personas. En los últimos tiempos, hemos sido testigos de notables avances en nuestro país gracias a la implementación y expansión de servicios del campo de la telesalud, así como a la incorporación de tecnologías innovadoras. Además, los avances en términos de marcos regulatorios han contribuido a este proceso en evolución.
Ante esto, considero que es obligado destacar ciertos aspectos críticos que subrayan la importancia de continuar impulsando la transformación digital en el sistema de salud en relación a:
• Acceso y calidad: la implementación de servicios de telesalud y de registros médicos electrónicos mejora el acceso a la atención de la salud, especialmente en zonas remotas o desfavorecidas. Además, permite una mayor coordinación y seguimiento de tratamientos, repercutiendo positivamente en la calidad de la atención brindada.
• Eficiencia en la atención de las organizaciones sanitarias: la digitalización permite automatizar procesos administrativos y clínicos, lo que agiliza la atención y reduce la carga de trabajo del personal de salud, permitiéndoles enfocarse en la atención directa a los pacientes.
• Inclusión y participación: las tecnologías apropiadas facilitan la participación activa de las personas en su propia atención, brindándoles información y herramientas para monitorear su salud y tomar decisiones informadas.
• Prevención y análisis de datos: los datos generados por la digitalización han demostrado ser valiosos para identificar patrones de enfermedades, lo que facilita la prevención y control de brotes. Además, el análisis de grandes volúmenes de datos (big data) ha arrojado luz sobre una comprensión más profunda de la salud a nivel poblacional.
Es crucial resaltar que la transformación digital en el sector de la salud está intrínsecamente vinculada a la presencia del Estado. Sin un rol gubernamental firme, se vuelve difícil lograr un desarrollo eficiente de la transformación digital, especialmente en lo que respecta al establecimiento de regulaciones y estándares para proteger la privacidad y seguridad de los datos de salud, así como para promover la interoperabilidad entre los sistemas. Asimismo, la inversión en infraestructura tecnológica, en la formación de talento humano capacitado y en el desarrollo de soluciones digitales demandan recursos financieros considerables, recursos que usualmente solo el Estado puede garantizar de manera sostenible.
En definitiva, la transformación digital en el sector de la salud se erige como un pilar fundamental para mejorar la atención, promover la prevención y fomentar la participación activa de la comunidad en su propia salud. Este proceso transformador requiere una presencia sólida y activa del Estado, capaz de proporcionar regulación, inversión y equidad para una implementación exitosa de soluciones digitales en salud”.
Mario Abitbol, gerente del vertical Salud en GS1 Argentina
“La transformación digital es un desafío urgente para cualquier sistema de salud que pretenda ser eficiente. Si bien en nuestro país esa transformación digital está en marcha, se da en pasos lentos y desiguales, ya que hay clínica y hospitales con áreas informáticas nutridas de recursos y también hospitales que llevan inventarios en planillas, tomando inventarios en papel. Los avances de Historia Clínica Electrónica y Prescripción Electrónica son importantes y notorios, pero aún queda mucho por trabajar.
En mi opinión, un Estado fuerte y presente es aquel que se alinea en planes y objetivos con los prestadores privados y públicos a quienes regula, sin abandonar su rol de control, pero transformándose en un verdadero facilitador. Pero no confundamos “fuerte” con “grande”, ni “facilitador” con “proveedor”. Me refiero a organismos oficiales con la preparación y estímulos necesarios para impulsar metodologías ágiles y eficientes que traccionen al sector a alcanzar los objetivos de eficiencia, seguridad y calidad consensuados. No creo que esto objetivos sean posibles sin una coordinación ministerial que ejecute las políticas que guíen la transformación digital, para que este cambio de paradigma beneficie a todos los actores de la salud argentina, y no se convierta en una ventaja competitiva de unos pocos”.
Guillermo Pepe, CEO de Mamotest
“Los mayores desafíos en el campo de la atención médica son (1) el acceso: no hay suficientes médicos competentes para brindar atención oportuna a todos los que la necesitan (y los profesionales están abandonando el campo debido al agotamiento), y (2) el costo: el costo de la atención médica ha aumentado considerablemente, en gran parte debido al aumento de los costos laborales. (3) El sistema de salud como tal está fragmentado, y los tiempos y procesos que viven los pacientes son tediosos y largos, incluso aunque esto signifique un riesgo de vida.
La transformación digital en este sistema, se relaciona de forma directa con algo que escuchamos todos los días: la inteligencia artificial ¿cuál es su rol en este ámbito?… La intención es la de resolver estas tensiones que presentamos anteriormente.
En lo que respecta al acceso y tiempos, desde Mamotest, especialmente nos enfocamos en darle seguimiento personalizado, para que, junto con la mejor tecnología, las pacientes no tengan que esperar meses para recibir atención, ni queden abandonadas por el sistema.
A medida que la IA mejora, cada individuo tendrá un médico IA de primer nivel, abarcando todas las especialidades médicas. Los diagnósticos se realizarán meses antes, lo que permitirá intervenciones aceleradas y guiadas por IA, a cargo de médicos que dedicarán su tiempo de manera más eficiente. Incluso imaginamos diagnósticos y tratamientos predictivos después del análisis de casos en base a data correctamente estructurada.
Desde nuestro planteo como healthtech atravesados por nuestra propia plataforma digital colaborativa, cuyo diferencial es que no solo cuenta con la mejor tecnología sino con alta calidad y complemento humano; la transformación digital nos atraviesa y estamos convencidos. Por eso nos dedicamos diariamente, a que este sistema de salud lento, ineficiente y fragmentado se convierta en uno eficaz, en lo posible preventivo y siempre proactivo. Un nuevo sistema de salud.
Para acelerar la transformación digital, necesitamos un Estado flexible, dinámico, moderno y en constante actualización. Esto convierte un terreno fértil y brinda las condiciones para una actividad conjunta público-privada. Así, empresas que apuestan por con propósitos desafiantes pueden sumar, al Estado, y por consecuencia a las comunidades y a las personas”.