28 marzo, 2024

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La pandemia de la pospandemia: ¿cómo revertir la desatención de tratamientos y seguimientos de enfermedades?

La pandemia por Coronavirus impuso urgencias y estrategias innovadoras para garantizar el acceso a la salud de las personas en todas las latitudes. Y requirió un nivel de emergencia tal que hoy comienzan a pensarse estrategias para enfrentar la que puede ser la pandemia de la pospandemia, es decir, la consecuencia de haber desatendido por dos años buena parte de los tratamientos y seguimientos de muchas enfermedades crónicas. ¿La clave? Centrar el modelo en la persona, en el paciente, facilitando su acceso al sistema de Salud.

El “Modelo de atención telemática centrada en la persona”, disponible aquí, es un estudio y un análisis realizado y presentado por la ONG Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) que destaca la importancia de diseñar y establecer mecanismos efectivos de teleasistencia para dar continuidad a los tratamientos asistenciales de las personas con enfermedades crónicas, pero también, para mejorar el relacionamiento del personal de la salud con los pacientes.

El relevamiento revela que el paciente crónico se quedó fuera del sistema por falta de medios para comunicarse, por miedo al contagio dada su situación de vulnerabilidad o por no recibir una correcta atención por parte del sistema. “Esta exclusión es un claro reflejo de la necesidad de reorganizar el sistema y sus recursos”, señalan en el informe. Y esa insatisfacción se vio reflejada en la tercera fase del “Estudio del impacto…”, donde el 57,2% de los encuestados dijo haber recibido atención a distancia insuficiente durante la pandemia.

El estudio aquí exhibido se realizó en España y contó con la colaboración de nueve comunidades, entre las que se encuentran Andalucía, Aragón, Cantabria, Castilla y León, Madrid, Extremadura e Islas Baleares, y sirve como modelo para abordar una problemática que es global. Además, se inscribe en un momento especial en la península ibérica, pues desde junio de 2021, el ministerio de Sanidad de España avanza en una consulta pública para desarrollar la “Estrategia de Salud Digital”, con la que aspiran a dar articulación a los servicios sanitarios digitales, generar interoperabilidad e impulsar la analítica de datos.

Necesidades concretas, propuestas acordes. En ese marco, las estrategias de digitalización, los requerimientos legislativos y la coordinación e interoperabilidad de los sistemas y subsistemas de salud forman parte de las diez iniciativas que, elaboradas en conjunto por pacientes y profesionales, apuntan a atender necesidades concretas: desarrollar herramientas para abordar barreras y carencias del sistema sanitario, mejorar la calidad asistencial y sus servicios de teleasistencia. Para lo cual se debe contar con regulación, seguridad, privacidad, protección de datos y definición de criterios para determinar consultas presenciales o telemáticas.

“El rediseño del modelo de atención a la cronicidad pasa también por abordar el reto de desarrollar una digitalización real, que esté basada en criterios de calidad, eficiencia, innovación, equidad, igualdad y que abogue por reducir la brecha digital en salud”, dice el informe en su presentación. También advierte que “la innovación tecnológica tiene que ir de la mano de la innovación en procesos y cuidados para que realmente se consiga una medicina más preventiva, proactiva, adaptable y multidisciplinar”.

Este abordaje, además, toma datos recabados por POP en la tercera fase del informe Estadio del Impacto de Covid-19 en personas con enfermedad crónica, en el que se identificó que del 98,7% de las personas consultadas, que tuvieron consultas programadas en 2021 durante la pandemia, el 14,3% fueron presenciales; el 37% a distancia (telefónica o por Internet) y el 44,1% mixtas. Sin embargo, al comprar estos resultados con la fase anterior de observación, las consultas a distancia aumentaron del 27,5% al 37%.

Inclusive, el plan prevé reorganizar los recursos humanos y técnicos, y coordinar e integrar los servicios sociales y sanitarios para potenciar las capacidades personales y sociales de cara a alcanzar el bienestar de los pacientes con enfermedad crónica con independencia de su edad u otras barreras que puedan dificultar su acceso y uso, como puede ser la brecha digital.

Tecnología para humanizar la atención. Pero todo este diseño propositivo también apunta a repensar el modelo de atención a la cronicidad en general, donde la digitalización debe ser real, de una calidad y eficiencia tal que tienda a establecer una relación médico-paciente virtuosa, “donde la tecnología, la innovación y la digitalización promuevan la teleasistencia, preservando la humanización y las necesidades concretas de cada persona con algún tipo de enfermedad, logrando situar a los pacientes en el centro del sistema permitiéndoles interactuar, siendo partícipes en la toma decisiones corresponsables”.

Con todo, la cultura de la innovación parece ser la clave, dado que la pandemia evidenció que las transformaciones digitales no se consiguen sin un abordaje integral de los procesos, no es sólo sumar tecnología sino rever las prácticas y repensarlas conforme a las necesidades actuales.

La presencialidad y la captura de información a mano alzada no sistematizada es, aún hoy, un reflejo del sector que no necesariamente implica la falta de herramientas, de dispositivos, de interfaces o de infraestructuras. Sucede en Europa y en América Latina. La disponibilidad de un sistema informático para cargar eventos no implica su carga efectiva, del mismo modo que la disponibilidad de una computadora en un centro de salud distante tampoco implica su acceso a Internet. Y en el medio, el paciente, con sus dolencias.

Quizás allí radique la clave: en poner al paciente en el centro de la escena porque, en definitiva, su buena experiencia implica el éxito del Sistema. Quizá, el secreto sea adaptar al sistema de Salud de forma tal que facilite el acceso y la atención a las personas, pensando la mejor estrategia para ello, y no, como lo fue históricamente -y en muchos casos lo sigue siendo- a la inversa.

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