Se trata de una alternativa terapéutica para aquellas personas que sufren de insuficiencia cardíaca biventricular en fase terminal y que no consiguen donantes. Según datos de la compañía, alrededor de 26 millones de personas padecen esta enfermedad, de los cuales el 5% de ellos es terminal. Sin embargo, sólo 5.500 pacientes al año reciben su trasplante y otros 2.000 se enlistan en la espera de trasplantes en Europa.
Alemania y Francia serán los primeros países en los que la Carmat comenzará su desarrollo comercial; juntos, representan el 55% del mercado de soporte circulatorio mecánico (SCM) en la Unión Europea; y los primeros pacientes que reciban este implante permitirán que la compañía testee el dispositivo y perfeccione su desarrollo.
El implante pesa alrededor de 900 gramos y recrea el mecanismo del corazón humano, su funcionamiento es autorregulado, posee dos cavidades separadas por una membrana fabricada con materiales biocompatibles y dos bombas que propician la circulación sanguínea. Además, agrega sensores, microprocesadores, electro componentes y una batería de litio.