28 marzo, 2024

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“El quid de la digitalización es tener procesos obligatorios”

El Hospital Alemán lleva 16 años en el camino hacia la digitalización y, como es de esperarse, es prácticamente un hospital digital pues en muchos de sus procesos la adopción tecnológica trepa al 100%. En diálogo con Telemedicina – Salud en línea, su gerente de Sistemas, Diego Waksman, repasó su apuesta, centrada en los estándares y en los detalles del ejercicio médico, “porque no hay manera de hacer y desarrollar soluciones médicas sin médicos”.

El área de Sistemas está integrada por 50 trabajadores que garantizan la operación de 2.500 usuarios, unos 1.450 puestos de trabajo, 5.000 bocas de red (para telefonía IP, cámaras IP, controles de acceso, firewalls, proxys y VPNs), más de 200 servidores de software de virtualización V-Mware y otros de Oracle, y cuya conectividad es provista por Iplan, Metrotel, Fibercorp y Telmex.

Mientras ultima la solución de videoconsultas, cuya premura impuso la pandemia, trabaja en la uberización del servicio de camillas y la carga móvil de signos vitales, refuerza su foco por la estandarización de datos, imagina la creación de brokers de turnos o de medicamentos y testea el Bus de Interoperabilidad nacional (ver recuadro).

La persuasión de la obligación. En 2004, el Hospital Alemán inició su camino hacia la digitalización de la mano de un sistema de informes dinámicos, compuesto por áreas y campos que se completaban de forma alfanumérica, pero que “no nos dio mucho resultado: traumatología, por ejemplo, usaba siempre el mismo código y en el 85% de los casos la carga estaba mal realizada, eran supuestos pie plano”.

Tras una década y media, la situación es otra y buena parte de su operación es digital. “El quid de la digitalización es tener procesos obligatorios”, admitió Waksman y explicó que la clave de su éxito radicó en que los honorarios médicos se imputan tras cerrar digitalmente la atención al paciente y grabar algún dato en su evolución, y “así es que todos lo usan”, confiesa.

Sin embargo, todavía falta mucho por hacer. El servicio ambulatorio, por ejemplo, no tiene elementos que puedan servir para volver obligatoria la solicitud de estudios o el pedido de remedios, “y no encontramos la forma de sacar el papelito, excepto impidiendo que la farmacia reciba ordenes en papel pero eso complica y expone al paciente”.

Al momento de evaluar su plan de digitalización, Waksman sostuvo que “resulta fundamental el apoyo político, la terminología y el plan de implementación porque hay que hacerle fácil la vida a los médicos y, para eso, su participación es clave”.

Al comienzo de este largo recorrido, el Hospital Alemán creó un área de informática médica para sumar especificidad a los desarrollos. Waksman subrayó la importancia de “planear una terminología específica y tener un servicio de codificación porque si no los médicos optan por cargar datos sólo en los campos de observaciones”.

La escritura libre es difícil de cuantificar y, por eso, Waksman hizo hincapié en la importancia de darle a los médicos usuarios categorías de carga con expresiones afines para que usen al momento de imputar sus datos e, inclusive, contó que trabajan en programación neurolingüística (PNL) porque “a pesar de esas opciones estructuradas, los médicos continúan cargando mucha información libre, aunque ahora el software los corrige y alerta para evitar, por ejemplo, abreviaturas”.

Observar e inspirarse. Una aplicación para camilleros al estilo Ubber, la carga móvil de signos vitales al pie de cama, la réplica digital de una sala espera física, el taggeo de pacientes y la esperanza de que los sistemas sean más proactivos en la oferta de turnos y remedios, ponen de manifiesto que Waksman mira la realidad digital masiva y piensa en su nicho: salud.

Ubber inspiró al área de Sistemas que desarrolló una aplicación para camilleros que, a través de la lectura de un código QR en el punto de partida y de destino de un paciente le permite contar con “algo tan importante como su trazabilidad y su registro en el sistema”; al tiempo que las enfermeras escanean el código QR que está impreso en la pulsera del paciente y pueden cargar sus signos vitales desde propio terminal celular.

“El Covid-19 nos obligó hacer video-consultas en una semana y que ahora estamos terminando”, sintetizó el ejecutivo y explicó que están integradas con el portal y la historia clínica, y que emulan la experiencia de la sala de espera física: cuando el médico entra al sistema, ve el listado de pacientes que asistirán ese día y debe clickear en el nombre de uno de ellos para activar un llamador que avisará al paciente para que responda e inicie el video”.

Asimismo, el área de Sistemas trabaja en un sistema de eventos y atributos mediante el uso de etiquetas o Tags de pacientes, que pueden ser permanentes o temporarios, por ejemplo, donante de órgano, en tratamiento oncológico; como también alertas de eventos específicos.

“En salud hay que salir a buscar las cosas cuando el mundo las está ofreciéndolas”, dijo Waksman y amplió: “Si buscaste hoteles en Luxemburgo te llegan e-mails con ofertas y publicidades asociadas, pero si te rompiste la rodilla y tenés que hacerte una resonancia urgente, debés buscar la cartilla y hacer diez llamadas porque no hay ni brokers de turnos ni de medicamentos aunque, quizás, con la receta digital comiencen a aparecer”.

Arranca el bus

El Hospital Alemán está aún en fase de prueba de la plataforma del Ministerio de Salud de la Nación que garantiza la indexación y localización de documentos clínicos que, a criterio de Diego Waksman, “está buenísimo”

“Recién estamos empezando a usar el Bus de Interoperabilidad y a federar pacientes,  que es lo que se puede hacer por ahora, pero nos va a resultar”, valoró el gerente de Sistemas del Hospital Alemán, y evaluó que falta optimizar la consulta de fallecimientos: “Yo tengo 1.200.000 pacientes y debo formular mi consulta por todo el patrón pero estaría bueno tener un servicio donde aparecieran, por ejemplo, los fallecidos del último mes con sus DNI”.

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