Cuando en diciembre el parlamento de Misiones aprobó la creación de la primera Fábrica Argentina de Nanosensores IoT estatal del país, no preveía el impacto del Coronavirus y la demanda exponencial que tendría la posibilidad de dedicarse a construir termómetros infrarrojos inteligentes.
La empresa FANIoT (IoT corresponde a Internet de las Cosas) completa su nombre con “para la Educación y la Ciencia” porque cuando fue aprobada su conformación estaba destinada a producir placas educativas, a partir de integrar capacidades de producción local en el Polo TIC Misiones; con la infraestructura y mano de obra capacitada de la SAPEM Marandu Comunicaciones; y el hardware, capacitación y licencia de la empresa SmartCultiva. Pero el mundo cambió y FANIoT se adaptó, eso sí, aprovechando toda la integración local de componentes (electrónica, encapsulado, diseño, impresiones, packaging) que le permiten costear la fabricación de estos termómetros por seis veces menos que si debieran importarlos. Y así, ofrecerlos al mercado por US$ 150 frente a los US$ 800 que cuestan los importados. De este modo, en marzo FanIoT puso a funcionar los $ 8 millones que recibió como subsidio a través de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación que pertenece al MinCyT. Hoy el producto ya está listo, fue testeado y validado. En junio comenzarán a fabricar los primeros 100, en julio estiman que tendrán 1.000 y más adelante lo harán a escala industrial.
“El termómetro es un producto que crecerá de manera exponencial porque el mercado es el mundo, realmente no tiene techo. Estamos en camino a ser una de las tres fábricas en el planeta que desarrollará un dispositivo con estas características. Se nos abre una posibilidad inmensa de desarrollo económico, productivo y de puestos de trabajo para los chicos de nuestra provincia”, aseguró a la prensa Miguel Sedoff, ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de Misiones.
Lo novedoso de este producto es que integra capacidades IoT (del inglés Internet of Things). Así, luego de medir la temperatura de las personas, los datos obtenidos pueden ser enviados por transmisiones de datos a la Nube de Internet y de allí ser accedidos por personas y entidades autorizados para utilizar en detección temprana de casos y contribuir a disminuir las chances de propagación del virus. Los sensores IoT, por ejemplo, pueden ubicarse en los ingresos y las salidas de colegios, aeropuertos, centros comerciales y hospitales, entre otras instituciones, y conectar con un sistema de alarmas a través de mapas de calor georeferenciados.