28 marzo, 2024

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HCE. ¡Que sea ley!

Informe especial HCE. Primera entrega

La Historia Clínica Electrónica (HCE) requiere de un marco legal a nivel nacional para lograr su efectividad y acelerar su implementación. Sólo convirtiéndola en ley nacional las provincias deberán aceptarla y podrá avanzarse de manera integral y federal.

Las diferentes implementaciones de Historias Clínicas Electrónicas (HCE) demostraron ser una herramienta clave para mejorar la atención médica. Y convertirla en realidad a nivel nacional, tanto en el ámbito público como privado, requiere de una legislación que impacte en cada rincón del país. La inexistencia de esta ley revela que la sociedad aún no está preparada para comprender el impacto que puede tener la masificación de la HCE. Hay quienes están completamente a favor de que la HCE se convierta en una ley nacional y hay quienes opinan que puede ser un arma de doble filo. No obstante, todos bregan por la integración de los sistemas.

El Dr. Sergio Montenegro, especialista en Informática Médica y líder de Proyecto de Integrando Salud, está convencido de la necesidad de una ley nacional para que los ciudadanos de todo el país puedan acceder a los beneficios de la HCE. “Toda la evidencia científica actual, demuestra que la informatización de la información médica a través de las HCE, es una de las mejores estrategias para mejorar el estado de salud de las personas, y contar un marco legislativo de regulación, como sería una ley de HCE nacional, permite establecer las bases para que esto no solo sea un deseo, sino más bien una realidad”, aseguró. En la misma línea de pensamiento se ubica el coordinador TIC del Hospital Garrahan, Alejandro Cámara.

Sin embargo, Matías Spanier, CEO de Omnia Salud, sostiene que “la utilización de leyes nacionales para impulsar implementaciones tecnológicas puede tener un impacto positivo, acelerando procesos que se hubieran dado de forma demasiado lenta, o negativo en caso de que se tome alguna definición incorrecta técnicamente que haga que todo el proceso suceda de forma poco eficiente”. Por eso, sostiene que el mayor aporte que podría dar una ley nacional sería la definición de estándares a los que deberían atenerse los proveedores de soluciones de HCE. “Esto protegería a las instituciones que no tienen el conocimiento suficiente para seleccionar un proveedor que cumpla con esos estándares, y sentaría las bases para futuros proyectos de interoperabilidad”, aseguró. En opinión de Spanier deberían contemplarse también factores estructurales tecnológicos y culturales “que no sería bueno que la institución saltee en pos de cumplir una ley”.

En coincidencia con Spanier, la Dra. Analía Baum, directora General de Informática Clínica de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, habló de patrones. Destacó la labor de la Dirección Nacional de Sistemas de Información, que ordena los estándares que deben que seguir los sistemas de información en salud para poder comunicarse y entenderse y evitar así la fragmentación que tienen en la actualidad. Para Baum, “el formato electrónico sin duda será el soporte futuro de todos los sistemas ya que es muy difícil seguir gestionando tanta información en papel, con el poder que tienen las tecnologías en la actualidad nadie debería negarse, y creo que es una cuestión por el momento de decisión política el invertir en ello”.

Las barreras. Hay quienes sostienen que existe una relación directa entre madurez de los mercados y la de la legislación. También existen casos en que los mercados avanzan más rápido que la regulación y esta última llega para homologar lo hecho. “Supongo que la ley aún no ha llegado, porque probablemente los tomadores de decisiones no se han definido acerca de cuál es el proyecto marco que los mismos desean que quede contenido dentro de la ley”, dijo Spanier.

Montenegro, en cambio, cree que es sólo cuestión de tiempo. “Hay equipos a nivel nacional, que se están ocupando seriamente del tema, y vienen trabajando en la normalización de recomendaciones federales, que quieren la implementación de este tipo de estrategias a nivel provincial, para que en futuro sea posible una integración nacional”.

Para Baum, “el desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicación en el país es muy dispar, y aún son las menos las provincias que han tomado por su cuenta iniciativas TIC porque no había una estructura a nivel nacional que ordenara y generara sinergia entre las mismas, eso ahora está sucediendo y está permitiendo visualizar cuáles son las barreras para avanzar en este sentido”.

El próximo paso, para Baum, será presentar una ley de Salud Digital que oriente hacia el uso de estándares y evite que se sigan implementando piezas de software que responden a una problemática específica del sistema de salud y que siguen de esa manera, aunque estén en formato electrónico, perpetuando la fragmentación de la información sanitaria. 

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